¿Qué es aceptar?

¿Qué es aceptar?

Leticia Aguilar

Psicóloga general sanitaria con consulta propia en Marbella y online. Especialista en terapias contextuales

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Raramente nos hablan sobre aceptar. En los libros de autoayuda, normalmente nos hablan sobre el pensamiento positivo y sobre los cambios que deben de hacerse para vivir una vida mejor. Una especie de recetario que a veces no contempla las dificultades que cada uno de nosotros vivimos.

El gran dilema sobre aceptar

Las librerías los venden a gran escala: libros de autoayuda con títulos sobre el pensamiento positivo y sobre la necesidad de cambios constantes para vivir una vida mejor. Lo cierto, es que si a veces puede ser una gran herramienta para aquellos lectores que se prestan y bucean en esa lectura, a algunas personas les puede resultar muy invalidante.

Los costes a veces de ello es que creamos un mundo paralelo. Cada uno de nosotros tiene una visión diferente sobre cómo abordar los problemas que nos pasan, y este tipo de lecturas a veces no da cabida a aceptar aquello que no podemos controlar. Insistimos y nos revolvemos frente a los problemas que a veces tenemos escaso control en lugar de aceptar aquellas desavenencias que nos pone la vida y ver de qué manera podemos hacerle un espacio.

Ejercicio sobre aceptar

Voy a proponerte algo, y es que, si tienes papel y bolígrafo, puedas crear tres columnas en las que rellenes los siguientes campos: cosas que están bajo mi control, cosas que difícilmente están bajo mi control, y cosas que no están bajo mi control. Una vez lo tengas, sigue leyendo.

Ahora, me gustaría que pudieras preguntarte lo siguiente: ¿Cuáles son las cosas más importantes? ¿y las menos importantes? ¿Qué puedes hacer para cambiar aquellas que si están bajo tu control? ¿y las que no?

La solución de problemas vs. Aceptación

Tampoco desalentemos nuestra capacidad para solucionar los problemas. Por ejemplo, si notamos que tenemos un poco de dolor de garganta, la fácil solución es acudir al médico a tener una revisión y poner un tratamiento útil y efectivo para aplacar un proceso de infección. De igual modo que, si estás viendo un programa de televisión que no te gusta, tomar el mando distancia y cambiar de programa.

aceptar

La solución de problemas es útil para cuando tenemos cierto grado de control de aquellas cosas que nos pasan. Sin embargo, cuando queremos aplicar toda esa lógica para aquello que no controlamos, sufrimos. Pensemos en un amor no correspondido o en procesos de enfermedad donde el tratamiento es limitado. Aceptar aquello que nos pasa significa que las cosas no tienen porqué ser de la manera que queremos, permitiendo un espacio para ocuparnos de aquello que sí podemos hacernos cargo. Esto, a su vez, brinda una sensación de alivio: porque lo que podíamos hacer, ya se ha hecho.

Los «near enemies» de aceptar: la resignación

Los near enemies» son conceptos que parecen próximos y que no tienen nada que ver con un término en concreto, en este caso la idea básica de aceptar. Un near enemy clave sobre la concepción de aceptar es la resignación.

La aceptación es un procedimiento activo, que requiere de disposición y compromiso, sabiendo cuándo es necesario actuar y pueda ser útil. Sin embargo, la resignación es un procedimiento que usamos donde podemos caracterizarnos por ser pasivos a la hora de actuar, haciendo menos de lo que podríamos hacer. Así, podemos verlo en frases como: «¿y para qué esforzarse?», «es imposible hacer nada», «yo paso», etc.

¿Qué es entonces aceptar?

Aceptar implica hacer un espacio a aquello que no controlamos y no nos gusta y ser conscientes de ello. Como en el ejercicio anterior, hay determinadas circunstancias que podemos cambiar y están bajo nuestro control, mientras otras no. Pensemos en lo siguiente:

Pensemos en que tenemos muchas ganas de viajar y reservamos un vuelo. Compramos los billetes hacia nuestro destino y llegamos hacia el aeropuerto, hacemos las horas de vuelo necesarias hasta que llegamos a nuestro destino. En este caso hemos aceptado varias cosas: primero los costes del billete (que no suelen ser nada baratos, o eres un buscador/a nato en viajes a bajo coste), las horas de espera en el aeropuerto, y, si dramatizamos un poco más la situación, los posibles riesgos de que una máquina hecha para volar pueda tener fallos.

Con todo ello uno acepta eso al servicio de tener unas vacaciones fuera de nuestro destino común. El problema es que a veces las situaciones no están gobernadas bajo circunstancias apetecibles sino todo lo contrario: horas de espera en un hospital, pagar deudas, etc. En términos vagos, aceptar significa la disposición de actuar o no al servicio de cualquier resultado.

¿Cómo trabajar la aceptación?

La aceptación no es algo que se trabaje y fin. Es un ejercicio que se requiere para toda la vida ante circunstancias que si pudiéramos elegir, elegiríamos no vivirlas. El mundo cambia, la vida cambia, y por tanto, la aceptación baila a través de las circunstancias que nos vaya poniendo la vida.

Un proceso de terapia psicológica puede ser importante. Además, existen libros sobre la práctica de aceptación como por ejemplo el «Manual para soltar» de Joaquim Soler, profesor asociado en la Universidad Autónoma de Barcelona y terapeuta DBT.

 

 

 

 

 

 

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