Seguramente el término de la autocompasión te suene. En este artículo, vamos a explorar este término de forma más detallada para que puedas trabajar esa amabilidad en ti mismo.
La autocompasión: un camino hacia la amabilidad interna
La autocompasión se refiere a la capacidad de responder a nuestras propias necesidades con comprensión y bondad, especialmente en momentos de dificultad. Lejos de ser un acto de indulgencia, la autocompasión es una práctica profundamente transformadora que nos permite conectar con nuestras emociones de manera constructiva y respetuosa.
Ser amable contigo mismo no significa justificar errores o eludir responsabilidades, sino aceptar tus imperfecciones como parte de la experiencia humana. Este enfoque fomenta una relación más sana contigo mismo, lo que se traduce en un mayor bienestar emocional y en una mayor capacidad para enfrentar los desafíos diarios.
Principales beneficios de la autocompasión para tu bienestar emocional
Practicar la autocompasión tiene efectos positivos comprobados en salud psicológica y emocional. Cuando te tratas con bondad, disminuyes el peso de la autocrítica y el lenguaje invalidante que usas contigo mismo, ayudándote a crear un espacio interno donde la aceptación y el cambio puedan coexistir. Si mencionamos algunos de los beneficios:
1. Reducción del estrés: Al tratarte con amabilidad, reduces la presión interna de alcanzar estándares imposibles y eliminas el impacto de la autocrítica. Esto genera una sensación de calma y equilibrio.
2. Aumento de la resiliencia emocional: Las personas más amables consigo mismas contemplan el fracaso como parte del proceso de aprendizaje. Así, aumenta la capacidad para adaptarse a situaciones difíciles además de reducir la procrastinación (algo muy vinculado al miedo al fracaso y a la autocrítica).
3. Mejora en tus relaciones: Cuando eres amable contigo mismo, tu forma de interactuar con los demás también mejora. Las personas que cultivan la autocompasión tienden a ver las necesidades de otras personas mucho más fácil.
Cómo practicar la autocompasión: Estrategias paso a paso
1. Observa y modifica tu diálogo interno
Un gran porcentaje de nuestro sufrimiento proviene de la manera en que nos hablamos a nosotros mismos. Tómate un momento para escuchar cómo te diriges internamente cuando cometes un error o enfrentas un desafío. Si detectas palabras duras o críticas, cámbialas por un tono más amable y comprensivo. Pregúntate: «¿Le hablaría así a tu mejor amigo?»
Por ejemplo, en lugar de decir: «Nunca hago nada bien», prueba con: «Hoy no fue mi mejor día, pero estoy aprendiendo y puedo hacerlo mejor la próxima vez». Estas pequeñas modificaciones en tu lenguaje interno tienen un gran impacto con el tiempo.
2. Incorpora la práctica del mindfulness
El mindfulness o atención plena es fundamental para desarrollar la autocompasión. Esta práctica te ayuda a estar presente con tus emociones sin juicio. Cuando atraviesas momentos difíciles, dedica unos minutos a reconocer cómo te sientes sin tratar de cambiarlo o ignorarlo.
Por ejemplo, si sientes ansiedad, en lugar de reprimirla o dejar que te abrume, puedes decirte: «Esto es difícil, pero puedo afrontarlo. Voy a tomar unas respiraciones profundas y permitirme sentir sin juzgarme». El mindfulness te enseña a responder en lugar de reaccionar.
3. Realiza ejercicios prácticos de autocompasión
Una técnica sencilla pero efectiva es el «gesto de confort». Coloca una mano en tu corazón o cruza los brazos en un suave abrazo mientras repites frases como: «Estoy aquí para ti» o «Esto es difícil, pero es parte de ser humano». Este gesto físico activa respuestas de calma en tu sistema nervioso.
Otro ejercicio es escribir una carta a ti mismo desde una perspectiva compasiva. Imagina que un amigo querido está enfrentando el mismo desafío que tú. Escribe lo que le dirías, luego lee la carta como si estuviera dirigida a ti. Este ejercicio ayuda a cultivar una perspectiva más amable.
Errores comunes al comenzar con la autocompasión y cómo evitarlos
Si bien la autocompasión es una práctica poderosa, es común encontrar dificultades al principio. A continuación, abordamos algunos errores comunes y cómo superarlos:
Error 1: Confundir la autocompasión con autoindulgencia. Muchas personas creen que ser compasivo contigo mismo significa ignorar problemas o justificar malos hábitos. Contrariamente, esto no va de justificar el posponer la alarma todos los días y llegar tarde al trabajo o comer 5 litros de helado todos los días y decir que no pasa nada. La autocompasión implica un balance entre amabilidad y auto-responsabilidad.
Error 2: Creer que es una señal de debilidad. En el mundo en el que vivimos, la autocrítica ha sido la manera de relacionar nuestro éxito con la disciplina, siendo la autocompasión, de forma general, un signo de vulnerabilidad. La autocompasión contrariamente es una forma de fortaleza que requiere coraje para enfrentar emociones difíciles con aceptación.
Error 3: Sentir culpa por priorizarte. Ser amable contigo mismo no te hace egoísta; más bien, te permite estar en mejores condiciones para apoyar a los demás desde un lugar de equilibrio emocional y estableciendo límites para evitar el burn out.
Preguntas frecuentes sobre la autocompasión
¿La autocompasión es lo mismo que la autoestima?
No. Digamos que la autoestima acompaña cuando todo va bien, mientras que la autocompasión se centra en aceptarte tal como eres, independientemente de tus circunstancias externas.
¿Cómo puedo practicar la autocompasión si nunca lo he hecho antes?
Comienza con pequeños pasos, como ser consciente de tu lenguaje interno o realizar ejercicios simples como el gesto de confort. Con práctica constante, se volverá más natural. A veces estamos tan acostumbrados a la autocrítica que se hace verdaderamente un reto establecer un lenguaje algo más compasivo. Si buscas un psicólogo en Marbella o un psicólogo online que pueda ayudarte con esto, puedes ponerte en contacto conmigo a través del formulario web
¿La falta de autocompasión con uno mismo es problemática?
Puede serlo. El lenguaje que establecemos con nosotros mismos a veces puede desembocar en algunas dificultades psicológicas relacionadas con los trastornos del estado de ánimo.