Hasta el más común de los mortales escucha en su día a día frases mantra que resumen su propia experiencia. Desde frases que oímos de otras personas cuando queremos comunicar lo que sentimos, hasta esa voz interna que resuena en momentos donde nos podemos encontrar más sensibles y, lejos de consolar, nos puede generar aún mayor malestar.
Estas 4 frases, pueden generar sufrimiento al sentirnos invalidados/as. No solamente por los demás, si no también por nosotros mismos. Para ponerlo aún más claro: ¿Te has encontrado alguna vez a ti mismo/a pensando que la situación no es para tanto, que podría ser peor y que hay otras personas en peores situaciones que la tuya? ¿Te suena?
¿Y por qué existen este tipo de frases? ¿Por qué pueden generar sufrimiento?
Digamos (a modo de resumen); que a las personas no nos gusta pasarlo mal, ni ver situaciones donde otra persona lo pasa mal. Al ser seres con un sistema verbal que habla para relacionarse, también piensa, elige y da respuestas que de por sí ya ha escuchado antes en momentos similares al que encuentra.
Así, de manera automática, elegimos el lado de poder dar soluciones, (y con esto a veces se recurre a este tipo de frases generadoras de sufrimiento); Este tipo de frases, por tanto, son aprendidas por el contexto cuando no podemos hacer otra cosa y pueden aumentar más el dolor y la invalidación hacia la otra persona o hacia nosotros/as mismos/as.
El sufrimiento, es inevitable. Es decir, no siempre existen soluciones y lo que toca a veces es acompañar (o acompañarnos) en el dolor que generan algunas situaciones. A ello también le debemos de añadir los escenarios de exigencia que culturalmente nos encontramos y la autocrítica como formas aprendidas al servicio de querer mejorar (que paradójicamente pueden tener el efecto contrario).
En este texto solo se querrá dar un ejemplo de las 4 frases posibles generadoras de sufrimiento. No obstante, existen muchas más.
Las 4 frases «mantra» generadoras de sufrimiento
Se ejemplifican aquí 4 frases tipo «mantra» que usamos de manera muy común para tener una respuesta a las personas que están pasando por una situación difícil o como forma de alentar mejorías. Esto, de manera interna, también nos ocurre a nosotros/as mismos/as con la misma funcionalidad que lo hacemos para otras personas.
Siempre se puede estar mejor
Aquí nuestra mente está bajo la regla de: La perfección nunca será suficiente. La sensación puede ser parecida a estar en una rueda de hámster.
El sufrimiento que puede generar esta frase es muy alta. Por una parte, actuamos al servicio del pensamiento de que falta algo y por otra, de que constantemente estará faltando algo. Actuar bajo esta línea aumentará el riesgo de, por ejemplo, procrastinar tareas importantes como buscar trabajo porque aún nos falta formación, seguir dietas restrictivas porque aún no tenemos el cuerpo que deberíamos tener (o al menos nuestra mente nos dice eso), etc.
Querer es poder
No, a veces no. Podemos querer algo mucho y a la vez que no se den otras variables para poder conseguirlo. El sufrimiento que genera la coyuntura social y económica, seguido de este tipo de frases sacadas a modo de agenda positivista, invalida la experiencia de aquellas personas que por sus circunstancias no pueden permitirse aquello que otras sí (bien por estatus, nivel socioeconómico u otro tipo de recursos facilitadores).
La cosa no va solamente con que queramos mucho o no. El mundo no va a conspirar por mucho que nos esforcemos (a más de uno y una le hubiese tocado la lotería ya más de una vez). El contexto, tiene también influencia en lo que podamos permitirnos o no.
Hay que ser fuerte
Sentirnos rotos/as por dentro y lanzar esto asegurará dos malestares: un malestar por las circunstancias que acontecen y otro malestar más por sentirnos culpables de cómo nos sentimos en ese momento. La invalidación o la invalidación a uno/a mismo/a puede generar mucho sufrimiento, en cierta parte por la disminución de la probabilidad de sentirnos como para pedir ayuda o bien, no sentirnos escuchados/as y/o comprendidos/as.
A veces no se trata de ser fuerte. A veces se trata de mostrarse vulnerable, siempre y cuando el ambiente en el que estemos inmersos nos proporcione la seguridad suficiente como para poder hacerlo. Esta frase bien puede generar distancia para que los otros entiendan que necesitamos ayuda o bien. puede generar distancia de comprender lo que a la otra persona le pasa.
No me importa
Son tres palabras completamente neutras. El tema es que a veces no importa y otras veces sí (y no pasa nada). Lo que trato aquí de exponer es que, algunas veces lanzamos esta frase como forma de evitar conflictos o asumir la responsabilidad de decisión. Si bien el conflicto fuera se resuelve, uno/a por dentro puede estar en conflicto: «¿de verdad no me importa?»
No lapidemos esta frase por completo. A veces es cierto que no nos importa y no hay por qué debatirlo. Es cuestión de si estamos dispuestos a asumir el coste personal de las decisiones que tomamos, porque al no tomarlas, ya estamos decidiendo.
¿Te suenan estas 4 frases generadoras de sufrimiento? ¿Las sueles utilizar con los demás/contigo mismo/a? ¿Hace que te sientas mejor o peor?